Situada en pleno centro de la localidad, junto a la Plaza Mayor, este edificio ha acogido innumerables actos culturales en todas sus manifestaciones artísticas. Allí es habitual contar con todo tipo de conciertos, teatros, zarzuelas, musicales y otros eventos como galas benéficas o espectáculos de comedia.
Se trata de uno de los edificios más emblemáticos de la localidad, el cual data del siglo XVI. Ampliado durante el reinado de Carlos III, fue la sede de un banco agrícola que, bajo el control del Ayuntamiento, prestaba grano a los agricultores en época de carestía como adelanto del año venidero. Además de realizar préstamos en especie a los agricultores, regulaba el mercado del trigo.
Recibió el prestigioso galardón Europa Nostra en 1997, de manos de la Unión Europea, como reconocimiento a la mejor restauración llevada a cabo en un edificio de interés histórico-artístico de su naturaleza.
Las Musas, diseñadas por Antonio Areán y Jose Ángel Vaquero, ha sabido respetar el entorno y conceder al local de espacios singulares y únicos.
Su arquitectura es un ejemplo de que, respetando la tradición, se puede proyectar un espacio moderno, interesante y de gran belleza arquitectónica. Consta de dos salones de restaurante en distintos niveles. El superior se caracteriza por grandes ventanales que permiten una visión general de todo el pueblo. El salón de abajo, por su parte, es más informal y cuenta con chimenea y escenario.
Una hermosa construcción típica manchega reconvertida en una moderna bodega desde 1999, El nombre elegido -El Vínculo- toma su nombre de su antigua bodega paterna, allá en tierras del Duero.
Nació con el fin de elaborar grandes vinos, de producción limitada, en La Mancha, región vitícola española por excelencia. Sus vinos son testimonio de la uva manchega, que da lugar a vinos de inigualables aromas y sabores, únicos en el mundo.
La Sierra de los molinos es el paraje sobre el que se levantan los famosos molinos de viento de Campo de Criptana. Se trata de la cima de una colina donde el espacio abierto asegura el viento que movería en su tiempo las aspas de más de 30 molinos que allí se encontraban.
Rodeados de estos gigantes quijotescos la Sierra de los Molinos ofrece unas vistas amplias e infinitas de La Mancha solo delimitadas por el lejano horizonte. Mención especial tienen los atardeceres criptanenses, desde esta cima donde el cielo, nubes y sol ofrecen un espectáculo inigualable.
